sábado, 21 de agosto de 2010

La puerta estrecha.


"Esforzaos en entrar por la puerta estrecha". (Lc. 13, 24)
El esfuerzo y la austeridad no parecen ser valores apreciados
en nuestra sociedad del bienestar.
Este lenguaje del evangelio nos puede parecer trasnochado.
Pero la puerta que conduce a la vida es "estrecha".
No se trata de "valores" sino de la persona de Jesús
capaz de seducirnos en el amor que se entrega.
No venceremos con la cruz sino con el crucificado-resucitado
que nos sigue invitando a entrar por su costado abierto.
No encontraremos otra puerta mejor que dé sentido
a nuestra vida y a nuetra muerte.

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