sábado, 18 de abril de 2009

Si no veo y palpo, no creo.

¿No será legítimo esperar un signo visible para
creer?

Jesucristo es el signo visible y palpable del amor
del Padre.

Sus llagas abiertas son la manifestación de su amor hasta el final.

¿Acaso la Iglesia, como cuerpo suyo, no tendrá
que seguir siendo un signo visible y tangible de su
costado abierto?

En todos los tiempos seguirá habiendo
"los Tomás" que reclamen a la comunidad cristiana mostrar en su su vida las llagas del crucificado para creer.

La Eucaristía será un signo creible del Resucitado, cuando la comunidad que se reune sea como un pan partdo que se deja comer por la entrega a los demás.

El Cristo resucitado dejará de ser un fantasma cuando la comunidad cristiana sea un signo visible del crucificado, desechado por los contructores de este mundo y escogido como piedra angular
por Dios Padre.

sábado, 11 de abril de 2009

¿POR QUÉ BUSCAIS ENTRE LOS MUERTOS AL QUE VIVE?


En la vida, por muy grandes
que sean nuestras pretensiones,
nuestras espectativas
se nos quedan pequeñas.

Nos contentamos al final con breves momentos
de felicidad.

Las espectativas que los discípulos tenían de Jesús fueron siempre muy cortas en comparación
con lo que Jesús les ofrecía.

Con el fracaso en la cruz todo había terminado.

La mañana del domingo un grupo de mujeres
buscan el consuelo de visitar el sepulcro,
donde estaba su cuerpo, para embalsamarlo
con perfumes.

Sólo les preocupa quién podrá rodar la piedra
el sepulcro.

Pero al llegar, se encuentran con una sorpresa
y sienten miedo y admiración: "No os asusteis
Buscais a Jesús de Nazaret, el crucificado.
!HA RESUCITADO!; no está aquí. Ahora id a decir
a sus discípulos y a Pedro: "Él va delante de vosotros
a Galilea; allí lo vereis, tal como os lo dijo"
(Mc.16,6-7)

Jesús no es un consuelo mas que podemos utilizar
a nuestro antojo, sino EL RESUCITADO que va delante
de nosotros ofreciédonos una esperanza mas grande
que nuestras espectativas. Solo Él llenar nuestra soledad.

jueves, 2 de abril de 2009

Ante el Cristo en la Cruz






¿Que he hecho por Cristo? ¿Que hago por Cristo?

¿Qué he de hacer por Cristo?

Porque el amor se ha de poner
mas en las obras
que en las palabras.

(S. Ignacio de Loyola)


¿Qué hemos hecho
para que estos hombres
estén crucificados?

¿Qué hacemos ante sus cruces?
¿Qué vamos hacer
para bajarlos de la cruz?

(Ignacio Ellacuría)

Mirarán al que traspasaron (Zac.12,20)











En estos días de Semana santa la Iglesia nos invita a contemplar el costado traspasado de Cristo.


De esta manera haremos la experiencia renovada del amor de Dios
que se nos ha manifestado en Jesucristo, amor que debemos devolver
por nuestra parte a todos los crucificados de la tierra.


Mirando al que traspasaron descubriremos la mirada compasiva de Dios sobre la humanidad. Jesús nos habla con su mirada desde las víctimas del mundo.


No podemos escondernos de esta mirada cuando Dios nos pregunte como a Adan: ¿dónde estás?


Ante el crucificado aprenderemos a mirar como el buén ladrón
del evangelio que supo descubrir en los ojos y en los labios de Cristo
el señorío y la fuerza de su perdón.


Ante la muerte de Cristo en la cruz se nos revelará, como al centurión romano, la obediencia radical de Jesús al Padre como Hijo de Dios.