El poder de Dios no está en crear el mundo de la nada.
El poder de Dios no esta en dominar la naturaleza
para realizar milagros.
El poder de Dios no está ni siquiera en resucitar a los muertos.
El poder de Dios está en que nada ni nadie puede impedirle
su iniciativa de amar.
Podremos cerrale la puerta, pero no impedir que siga llamando.
Podremos negarnos a entrar, pero no impedir que él abra su puerta.
Podremos resistirnos a venir, pero no impedir que nos siga invitando.
Podremos expulsarlo a la periferia, pero no impedir que nazca en una cueva.
Podremos cerrar nuestros oidos a sus palabras pero no acallar su voz.
El poder de Dios se ha manifestado en un recien nacido
envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
Al comenzar un año nuevo Dios Padre te regala este "poder".
Disfrútalo cuanto puedas.
