domingo, 23 de mayo de 2010

¿Cómo evitar la ruptura?

El encuentro y el diálogo serán siempre necesarios para evitar
la ruptura en todas las crisis.

Pero no siempre se consigue porque algo se nos escapa.
La historia esta llena de rupturas.

Jesucristo aporta una nueva luz que hace posible
la fraternidad a pesar de nuestras diferencias: el Espíritu Santo.

Como un fuego que nos purifica de nuestro "yo"
y nos abre a los demás, el Espíritu Santo nos configura
como un cuerpo con miembros y funciones diferentes
pero unidos para el bién común.

La oración al Espiritu Santo hay que unirla al encuentro y el diálogo.

domingo, 2 de mayo de 2010

"Todo lo hago nuevo" (Ap.21,5)

La renovación y el rejuveneciemiento no es cuestión de estética
y de juventud.
El rostro de la Iglesia no será mas juvenil por un simple
maquillaje y cambio de imagen externa.
Sólo "el Cordero Sacrificado" puede decir: "Todo lo hago nuevo".
La renovación de la comunidad cristiana sólo es posible
si se vive el mandamiento nuevo: "Amaos los unos a los otros
como yo os he amado". (Jn. 13, 34).
La identidad siempre nueva de la Iglesia se manifiesta
llevando a la práctica el "como yo os he amado". Lo demás
vendrá por añadidura.
No basta con presentar una puesta en escena juvenil sino que
es necesario mostrar las llagas del Crucificado que son las que
nos renuevan.
El "vino nuevo" sólo puede brotar del costado de Cristo.
Sólo el amor desinteresado, incondicional y sin medida, como
el de Jesús, haran posible los "cielos nuevos y la tierra nueva".