martes, 23 de febrero de 2010

En el reverso de la historia


Señor, en este mundo insolidario y frio queremos buscarte.
En los que la sociedad esconde y olvida queremos verte.
En los que no cuentan para la cultura dominante queremos descubrirte.
En los que carecen de lo básico y necesario queremos a cogerte.
En los que pertenecen al reverso de la historia queremos abrazarte.

miércoles, 17 de febrero de 2010

¿Resistirse al perdón o dejarse reconciliar?

Quien se resiste al perdón se condena al resentimiento.

Quién se resiste al perdón no llega a conocer el amor de Dios.

Quién se resiste al perdón se vuelve juez inmisericorde.

La condición esencial para acoger el perdón es el reconocimiento
de la propia debilidad.

Sólo el herido sabe lo que significa la llaga y el cuidado que se
debe tener con ella.

El gesto de Jesús, que nos enseña sus llagas, nos indica que
no hay heridas irremediables o fatales.

La curación no consiste en la desaparición de las huellas
del sufrimiento, sino en que se conviertan en fuente de solidaridad,
y en vez de ser heridos resentidos, nos convirtamos
en heridos misericordiosos.

Angel Moreno.

domingo, 14 de febrero de 2010

"Dichosos los pobres..."


"Jesús, levantando los ojos..."(Lc. 6, 20).
¿Cuántos ojos hay que tener para descubrir la situación del pobre?
¿Cuántos oidos hacen falta para escuchar el llanto de los hombres?
Jesús penetra el sufrimiento de los pobres y tiene compasión
de ellos por encima de su conducta moral.
El hambre, el llanto y el sufrimiento del pobre provocan,
por sí mismo, la misericordia de Cristo antes de juzgar su vida,
y por eso, deja flotar en el aire una promesa de consuelo.
Allí donde hay hambre, llanto o sufrimiento, se esconde una verdad
que sobrepasa todo prejuicio humano, y hace nacer la compasión
gratuita.
Lo que atrae el amor de Dios no es nuestra bondad sino
nuestra pobreza.