viernes, 2 de abril de 2010

"Sus heridas nos han curado" Is.53, 5

Contemplamos en el crucificado las heridas de un Dios

impotente que solo puede amar.

Las heridas de sus manos que sólo bendijeron y curaron.

La heridas de su pies que pasaron por el mundo haciedo

el bien.

La herida de su costado abierto, de donde brota

el agua que nos purifica y la sangre que nos alimenta.

"Sus heridas nos han curado" (Is. 53, 5)

La belleza de Cristo en la cruz atraerá todas las miradas

para salvar a la humanidad.

No es la simple estética de lo esterno sino la belleza

sublime del amor que se entrega, lo que salvará al mundo.

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