domingo, 14 de marzo de 2010

"Todo lo mio es tuyo"( Lc.15,31)


Señor, ¿qué me tiene que pasar para darme cuenta
de que estoy lejos de tí aunque esté en la misma casa?
¿Qué me tiene que pasar para creer tus palabras:
"Todo lo mio es tuyo?
¿Qué me tiene que pasar para no murmurar de tí
y tener el alma llena de facturas?
¿Qué me tiene que pasar para no resignarme a vivir
como un criado tuyo sino como un hijo querido?
¿Qué me tiene que pasar para aceptar como hermano
al que juzgo sin misericordia?
¿Qué me tiene que pasar para no negarme a entrar
en la fiesta a la que tú me invitas?

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