miércoles, 17 de febrero de 2010

¿Resistirse al perdón o dejarse reconciliar?

Quien se resiste al perdón se condena al resentimiento.

Quién se resiste al perdón no llega a conocer el amor de Dios.

Quién se resiste al perdón se vuelve juez inmisericorde.

La condición esencial para acoger el perdón es el reconocimiento
de la propia debilidad.

Sólo el herido sabe lo que significa la llaga y el cuidado que se
debe tener con ella.

El gesto de Jesús, que nos enseña sus llagas, nos indica que
no hay heridas irremediables o fatales.

La curación no consiste en la desaparición de las huellas
del sufrimiento, sino en que se conviertan en fuente de solidaridad,
y en vez de ser heridos resentidos, nos convirtamos
en heridos misericordiosos.

Angel Moreno.

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