viernes, 29 de mayo de 2009

El fuego regalado




"Vieron aparecer una lenguas, como llamaradas,
que se repartían, posándose encima de cada uno.
Se llenaron todos de Espíritu Santo y empezaron
a hablar en lenguas extranjeras , cada uno en
la lengua que el Espíritu le sugería" (Hc.2, 2)


No hace falta escalar el cielo con ninguna torre como sucedió
en Babel, desafiando al mismo Dios. El Espíritu de Dios
desciende como don gratuito de su amor.


No hace falta que los hombres, para ser grandes, roben
el fuego sagrado de los dioses como Prometeo. Lenguas como
llamaradas bajan sobre la humanidad salvada por el Resucitado
para que todos nos entendamos y amándonos en nuestra
diversidad, descubramos nuestra verdadera grandeza
de hijos de Dios.


"Estaban los discípulos en una casa con las puertas
cerradas por miedo a los judíos.Y en esto entró Jesús,
se puso en medio y les dijo: "Paz a vosotros. Recibid
el Espítu Santo". (Jn. 20, 19).


Las puertas cerradas por todos nuestros miedos volverán
abrirse cuando experimentemos que estamos perdonados
y salvados por el crucificado que nos ha entregado su Espíritu..

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