domingo, 15 de febrero de 2009

La lepra del corazón


"Mientras le dure la lepra, seguirá impuro: vivirá
solo y tendrá su morada fuera del campamento"
(Levítico 13,46)

Lo peor de la lepra no se ve a flor de piel
sino dentro del corazón donde se sufre la soledad
y el rechazo de los demás.

"Jesús, sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó
diciendo: Quiero, queda limpio. La lepra se le quitó
y quedó limpio".(Mc. 1,41)

La mirada compasiva de Jesús penetra mas allá de la
piel destrozada para tocar el corazón en su soledad
y restablecerlo dentro de la comunidad.

Hoy seguimos escuchando la misma súplica de otros
leprosos: "Si quieres puedes limpiarme".

Sólo el poder compasivo es capaz de de tocar y limpiar
la lepra de nuestro mundo.

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