domingo, 1 de febrero de 2009

Asombrarse o liberarse


"Se quedaron asombrados de su enseñanza..."Mc.1,21
Jesús producía asombro y admiración en todos los que
le conocían, pero él no se fiaba de esta admiración
pues había venido no para ser famoso sino para
implantar el Reino que su Padre le había encomendado.
El no ha venido para asombrarnos sino para liberarnos
de la esclavitud del mal y de la muerte.

Para que se produzca en nosotros esta liberación
tenemos que dejar que su espíritu llegue a los mas hondo
de nosotros: "Ojalá escucheis hoy la voz del Señor
no endurescais vuestro corazón" Salmo 94.

Hay que pasar de espectadores a participantes. Dejar
la barrera y bajar a la arena.

La iglesia es la comunidad no de los admiradores
sino de los seguidores de Cristo.

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