domingo, 18 de enero de 2009

Venid y vereis




Todos queremos encontrar una respuesta a la pregunta: ¿Donde vives Señor?
Jesús tiene siempre la iniciativa en llamarnos, no por nuestros méritos, sino por pura gracia.

En la llamada interviene el misterio de nuestra libertad que él respeta.

En la llamada aparece la mediación de algún testigo de la fe.

La respuesta será siempre:"Venid y lo vereis".

Hay que seguir a Jesús y quedarnos con él todo el día
para que se produzca el encuentro personal.
Nadie puede sustituirnos en este encuentro.
Sólo entonces descubriremos el lugar donde Jesús vive:
la comunidad de hermanos, el cuerpo como templo del
Espíritu Santo y los pobres.

En este encuentro podremos decir:
"habla Señor, que tu siervo escucha"

EL ENCUENTRO

¿Yo te busco, Señor, o o tú me encuentras?
¿Quién decide al final abrir la puerta?
La nostalgia del pasado se desliza
sin que puedan mis ojos ver la pista.
¿Quién inicia el camino del encuentro
si no espera con el corazón despierto?
Cuando siento la sed de conocerte,
¿no es acaso tu fuego quién la enciende?
Tú has habierto el camino del encuentro
para todos los que amando están abiertos

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