lunes, 14 de junio de 2010

La culpa liberada

"Dichoso el que está absuelto de su culpa, a quién
le han sepultado su pecado" . (Salmo 31)

Sólo podemos amar cuando nos sentimos perdonados gratuitamente.

La gracia del perdón de Dios precede siempre a la voluntad de amar.

No tenemos perdón de Dios si no creemos necesitarlo.

Nuestros ojos se abren cuando descubrimos nuestra desconsideración
ante lo que Dios nos está regalando cada día.

Quién descubre sólo su culpa, se destruye. Quién descubre
también la gracia del perdón de Dios, se libera.



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