Jesús desde que nació experimento el rechazo y la bienvenida: "Vino a su propia casa, pero los suyos no lo recibieron. Mas a todos los que lo recibieron, los que creen en su nombre, los hizo capaces de ser hijos de Dios" (Jn.1, 11-12).
Jesús viene siempre para que nos sintamos bienvenidos: "Venid a mi los que estais cansados y agobiados, que yo os aliviaré". (Mt. 11, 28).
¿Cómo haremos de nuestra vida una bienvenida a Cristo que viene en cada hermano y en cada acontecimiento?
"Del Verbo divino
la Virgen preñada
viene de camino
si le das posada".
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