La belleza de este mundo es provisional y transitoria,
porque sólo nos guia a otra belleza que es perdurable.
Estamos destinados a gozar de otra belleza incomparable
cuyo mayor exponente se ha realizado en Jesucristo
muerto y resucitado.
La verdadera belleza es sólo creación del amor.
Toda realización humana, carente de amor, será destruida
y consumida por un fuego purificador.
Toda obra realizada con amor será transformada para siempre.
El verdadero arte está destinado a inmortalizarse.
"Si no tengo amor no soy nada "
"El amor no pasa nunca" (San Pablo).
sábado, 13 de noviembre de 2010
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario